Como adelantamos desde CONEPA hace un par de semanas (ver aquí), en el plan se recoge el concepto de “derecho a reparar”.

La Comisión Europea propondrá una revisión de la legislación de protección de los consumidores de la UE que garantice que estos reciban, en el punto de venta, información fiable y pertinente sobre los productos que incluya datos sobre su vida útil y sobre la disponibilidad de servicios de reparación, piezas de recambio y manuales de reparación.

Madrid, 12 de marzo. La  Comisión Europea adoptó ayer un nuevo Plan de Acción de Economía Circular, uno de los principales componentes del Acuerdo Verde Europeo, la nueva agenda de Europa para el crecimiento sostenible. Con medidas a lo largo de todo el ciclo de vida de los productos, el nuevo Plan de Acción tiene como objetivo hacer que nuestra economía sea apta para un futuro verde, fortalecer la competitividad, proteger el medio ambiente y otorgar nuevos derechos a los consumidores. Sobre la base del trabajo realizado desde 2015, el nuevo Plan se centra en el diseño y la producción de una economía circular, con el objetivo de garantizar que los recursos utilizados se mantengan en la economía de la UE durante el mayor tiempo posible. El plan y las iniciativas en él se desarrollarán con la estrecha participación de la comunidad empresarial y de partes interesadas.

Entre los contenidos que consideramos de mayor interés para nuestro sector, están los siguientes, recogidos de la traducción oficial (a finales de febrero solo disponíamos del borrador final en inglés):

2.2. Empoderamiento de los consumidores y los compradores públicos

Empoderar a los consumidores y brindarles oportunidades de ahorro es una pieza clave del marco de la política de productos sostenibles. Para aumentar la participación de los consumidores en la economía circular, la Comisión propondrá una revisión de la legislación de protección de los consumidores de la UE que garantice que estos reciban, en el punto de venta, información fiable y pertinente sobre los productos que incluya datos sobre su vida útil y sobre la disponibilidad de servicios de reparación, piezas de recambio y manuales de reparación. La Comisión estudiará también la posibilidad de seguir reforzando la protección de los consumidores contra el «blanqueo ecológico» y la obsolescencia prematura y establecerá requisitos mínimos para las etiquetas o logotipos de sostenibilidad y las herramientas de información.

Además, trabajará para establecer un nuevo «derecho a la reparación» y estudiará nuevos derechos sustantivos de carácter horizontal para los consumidores, como la disponibilidad de piezas de recambio, el acceso a servicios de reparación y, en el caso de las TIC y la electrónica, los servicios de actualización. En cuanto al papel que pueden desempeñar las garantías para ofrecer productos más circulares, la Comisión explorará también la posibilidad de introducir cambios con ocasión de la revisión de la Directiva 2019/771.

 

3.1. Electrónica y TIC

……elección de la electrónica y las TIC como sector prioritario para la aplicación del «derecho a reparación», que incluye la actualización de software obsoleto;

…..

3.2. Baterías y vehículos

La movilidad del futuro depende de las baterías y los vehículos sostenibles. A fin de conseguir un rápido aumento de la sostenibilidad de la naciente cadena de valor de las baterías para la electromovilidad y de incrementar el potencial circular de todas las baterías, la Comisión propondrá este año un nuevo marco regulador para las baterías. Esa propuesta legislativa se basará en la evaluación de la Directiva relativa a las pilas y acumuladores 25 y en la actividad de la Alianza de Baterías, tomando en consideración los elementos siguientes:

  • fijar normas sobre el contenido reciclado y medidas destinadas a mejorar los porcentajes de recogida y reciclado de todas las baterías, garantizar la recuperación de materiales valiosos y aconsejar a los consumidores;
  • abordar el problema de las baterías no recargables, con intención de eliminar progresivamente su uso cuando existan alternativas;
  • establecer requisitos de sostenibilidad y transparencia para las baterías, teniendo en cuenta aspectos como la huella de carbono de su fabricación, el abastecimiento en materias primas ético y la seguridad del suministro, y propiciando su reutilización, reorientación y reciclado.

La Comisión propondrá, además, revisar las normas aplicables a los vehículos al final de su vida útil con el fin de promover modelos de negocio más circulares que vinculen el diseño al tratamiento aplicado al final de la vida útil, de estudiar reglas sobre el contenido reciclado obligatorio de determinados materiales de las piezas, y de mejorar la eficiencia del reciclado. La Comisión estudiará asimismo cuáles son las medidas más eficaces para garantizar la recogida y el tratamiento respetuoso con el medio ambiente de los aceites usados.

Desde una perspectiva más amplia, la próxima Estrategia global europea para una movilidad sostenible e inteligente examinará la posibilidad de potenciar las sinergias con la transición hacia la economía circular, aplicando soluciones del modelo «productos como servicios» para reducir el consumo de material virgen, optimizar el uso de las infraestructuras y los vehículos, aumentar las tasas de ocupación y los factores de carga y eliminar los residuos y la contaminación.